Comparto con ustedes algunas líneas de Un Curso de Milagros.
Si sucumbes al sentimiento de culpabilidad, reforzarás el error en vez de permitir que sea des-hecho.
Si no te sientes completamente dichoso es porque tu mismo así lo has decidido.
El primer paso en el proceso de des-hacimiento es reconocer que decidiste equivocadamente a sabiendas, pero que con igual empeño puedes decidir de otra manera.
Sé muy firme contigo mismo con respecto a esto, y mantente plenamente consciente de que el proceso de des-hacimiento, que no procede de ti, se encuentra no obstante en ti porque Dios lo puso ahí. Tu papel consiste simplemente en hacer que tu pensamiento retorne al punto en que se cometió el error, y entregárselo allí a la Expiación en paz.
Repite para tus adentros lo que sigue a continuación tan sinceramente como puedas, recordando que el Espíritu Santo responderá de lleno a tu más leve invitación:
Debo haber decidido equivocadamente porque no estoy en paz.
Yo mismo tomé esa decisión, por lo tanto, puedo tomar otra.
Quiero tomar otra decisión porque deseo estar en paz.
No me siento culpable porque el Espíritu Santo, si se lo permito, anulará todas las consecuencias de mi decisión equivocada.
Elijo permitírselo, al dejar que Él decida en favor de Dios por mí.